La conquista de la humanidad
El 10 de diciembre de 1948 se aprobó la Declaración de los Derechos Humanos, comprometiéndose las naciones a defender aquello que es imprescindible para su existencia: el ser humano.
Los conflictos, guerras o levantamientos populares, se han producido a menudo como reacción a un tratamiento inhumano o poco digno. La disconformidad no solo es inherente al ser humano, es necesaria para su subsistencia. La lucha por obtener los actuales Derechos Humanos es la historia de una guerra sin fin.
Aunque los Derechos Humanos sean de aprobación general, su incumplimiento ha impregnado su aureola de utopía sobre cada artículo que es violado en estos precisos momentos en algún lugar de nuestro planeta.
El primer registro sobre algún manifiesto a favor del hombre es el famoso Cilindro de Ciro, perteneciente al rey de Persia, Ciro el Grande. En esta piedra tallada, el gobernante expone sus conquistas y accionar político, siendo considerada por algunos estudiosos como la “Primera Declaración de los Derechos Humanos”.
Sin embargo, el primer documento considerado como precedente a las modernas “Declaraciones de Derechos” es La Carta de Derechos o Declaración de Derechos de 1689, redactada en Inglaterra después de las guerras civiles que atravesó esa nación.
Un siglo después, la revolución popular más importante de todos los tiempos, la Revolución Francesa, dio lugar a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, siendo la primera vez que las palabras libertad, igualdad y fraternidad adquirirían significados políticos y calaban en la conciencia social.
Sin embargo el esfuerzo de algunas personas fue desvanecido por las atrocidades de otros. Se impusieron dos guerras mundiales sobre las conquistas sociales de la Revolución Francesa.
Sin embargo, el sanguinario resultado de la Segunda Guerra Mundial, derivaría en la creación de laOrganización de las Naciones Unidas (ONU), conjunto de Estados que lucharían para no permitir nunca más atrocidades como las de ese conflicto.
No obstante, los acontecimientos sin precedentes que se suscitaron dentro del contexto de la Segunda Guerra Mundial permanecían latentes en la memoria de la humanidad. Diversos intelectuales y grupos cívicos de las fuerzas aliadas pugnaban porque se adoptaran medidas internacionales que contribuyeran a salvaguardar los derechos del hombre.
Con el derrumbe de las potencias que habían aspirado al dominio universal, muchas naciones en ruinas y pueblos inmersos en la miseria luchaban para vivir con dignidad. De este modo, La Comisión de los Derechos Humanos de la recién constituida ONU, inició la elaboración de un documento en el que se consagrarían los derechos fundamentales del hombre y donde se asentarían los principios para que las relaciones entre los pueblos fuesen regidas con justicia y respeto.
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